lunes, 11 de enero de 2010

LUNES: Mc 1, 14-20

a) Lectura del texto:
-Después que Juan fue arrestado: Hay una crisis fuerte entre los amigos de Juan, entre los cuales estaba Jesús. El profeta Juan sigue la suerte de todos los profetas: perseguidos, torturados, asesinados. El mismo Jesús se sintió pronto rechazado en Jerusalén.
¿Qué hacer en momentos de crisis? Desde el punto de vista de la experiencia interior, sabemos por otros evangelistas que, en momentos cruciales para su vida, Jesús se iba al monte, a orar, a contemplar el “rostro” de Dios y descubrir su voluntad.

-Marchó Jesús en Galilea: Seguramente después de “consultarlo con la almohada”, es decir, en el monte, en la oración, Jesús decide cambiar de estrategia y se va a la periferia de Israel, a Galilea, que era una región situada en el norte de Israel, en la frontera con el mundo pagano.

-Predicando la Buena Noticia: Jesús tiene un “Evangelio” que comunicar. ¿Qué significaba en griego “evangelio”? En griego se llamaba “evangelio” al “parte de guerra”, es decir, la noticia rápida que llegaba del frente de guerra para dar la Buena Noticia de que se había producido la victoria y, que por tanto, la ciudad podría estar tranquila, se había acabado el peligro. Evangelio: Noticia de Victoria.

-El tiempo se ha cumplido. El Reino de Dios está llegando: Esa es la buena noticia que Jesús había percibido en sus noches de oración, después de haber compartido las preocupaciones de la gente sencilla. Jesús estaba seguro que Dios estaba venciendo, que su Reino de Amor, Verdad, Libertad y Justicia estaba venciendo sobre el reino de la mentira, del odio, de la opresión de los sencillos…

-Conviértanse y crean: Ante esa noticia de Jesús, ante el testimonio de lo que él “veía” en sus noches de contemplación, las actitudes pueden ser muchas: indiferencia, incredulidad, cinismo, comodidad… Jesús invita a creer (el amor sólo se hace verdadero para quien cree en él) y, consecuentemente, a CAMBIAR, convertirse, adoptar el estilo de vida de los que aceptan este Reino victorioso de Dios.

-Vénganse detrás de mí: Junto al lago de Galilea, Jesús, no sólo invita a cambiar de vida, sino que encuentra personas que sintonizan con la propuesta que él hace (Simón, Andrés, Santiago) y los invita a embarcarse en la aventura de acoger el Reino de Dios en sus vidas y ser en el mundo testigos e instrumentos de su victoria.

-Ellos dejaron las redes y le siguieron: Ahí comenzó la historia de los discípulos y misioneros de Jesús.

b) Meditación:
Una vez que hemos leído adecuadamente el texto, bien espontánea la aplicación a nuestra vida.
- ¿Cuál sería la Buena Noticia de Dios para mí hoy? ¿Hay en mí alguna guerra interior o exterior, en la que necesito que se me anuncie la victoria de Dios?
- ¿Dudo de esa victoria de Dios en mí, en mi vida, en mi país o me arriesgo a creer?
- ¿Qué conversión concreta me pide Jesús hoy?
- ¿Cómo puedo seguirlo?

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