jueves, 8 de septiembre de 2011

El ciego, el discipulo y la pajita en el ojo

El ciego, el discipulo y la pajita en el ojo (Lc 6, 39-42)

Este breve texto combina, como en la teoria de las cerezas, tres breves farses conectadas entre si por algunas palabras y conceptos: VER-CIEGO, ENSEÑAR-APRENDER (maestro-discipulo).
1) la parábola del ciego que guía a otro ciego: Como puede uno guiar a otro, si no sabe de qué habla?
2) El discìpulo no es más que el maestro, pero puedo igualarlo: el cristiano puede ser como Cristo, el que ve puede enseñar...
3) La pajita en el propio ojo.

Cuando te miras al espejop, qué ves? Te ves tal como eres o te autoengañas?
El reflejo que encuentras en el otro te puede ayudar a descubrir la verdad sobre ti mismo. Nunca me di cuenta de cuantas canas tenía en la cabeza hasta que un amigo encontradod espués de muchos años me dijo: Anda, como ha senvejecido! Pensé que me insultaba. Pero no. Sólo me decía la verdad... Claro que yo también le dije: Y tú, te has mirado al espejo?

Cuando ves un defecto en el amigo o en el vecino, qué piensas? Se te ocurre pensar que probablemente él ve ese mismo defecto u otro parecido o peor en ti?

El otro me hace de espejo y me ayuda a conocerme como soy. En ese sentido, somos todos discipulos y maestros que nos ayudamos en el camino y no ciegos que no ven para sí mismo cuanto más para otros.